El cementerio de barcos
Entre las rías de Corcubión y Muros se encuentra uno de los puntos más peligrosos de toda la Costa da Morte. Los bajos de Os Meixidos que, junto con sus hermanos de Los Brullos y A Ximiela, se extienden como un campo de minas a unas 4 millas desde la costa más cercana. Si en condiciones normales de visibilidad son difíciles de localizar, con mal tiempo son una pesadilla para cualquier navegante que se adentre en esta zona.
Su peligrosidad ha provocado la pérdida de numerosas naves y lo que es peor, han costado innumerables vidas entre los marinos y pasajeros de los buques que tuvieron la desgracia de adentrarse en estas peligrosas aguas. El triste récord en pérdida de vidas humanas lo tiene el vapor de pasajeros español Larache con la pérdida de 85 vidas, entre las 154 personas que transportaba al hundirse en el bajo de A Ximiela el 23 de junio de 1908.
No obstente, el buque más relevante de entre todos los naufragados en esta zona es el crucero acorazado de la Armada Española Cardenal Cisneros, hundido tras tocar en el bajo de la Ximiela en 1905. Hoy reposa a unos 50 metros de profundidad.
En estas rocas se perdió, asimismo, un buque cargado con un valioso tesoro de lingotes de plata, el británico Skyro en 1891. El valor de la carga hizo que se realizara una arriesgada operación de salvamento dirigida por el buzo español Ángel Erostarbe. Esta hazaña que le costó buena parte de su salud aunque a cambio de una sustanciosa recompensa. Los más de 50 m de profundidad fueron un récord para la época y pasaron a la historia como uno de los más exitosos salvamentos. La totalidad del tesoro nunca fue recuperada, al menos oficialmente.